Estábamos celebrando nuestra reciente boda en Costa Rica y el gran papel que Costa Rica estaba haciendo en el mundial de Brasil. Estando en Brasil llamamos a la Academia do Café para ver si podíamos ir a visitar alguna finca y tuvimos la gran suerte de conocer a Don Bruno.
Visitamos su finca en una zona llamada el “Cerrado Mineiro”. Bruno es una persona que tiene mucha energía y desea que el café de especialidad de Brasil sea reconocido en el mundo. Luego de conversar con él nos invitó a su casa, por lo que salimos hacia Campos Altos, una zona localizada en Minas Gerais. Estuvimos dos días y pudimos compartir con su familia, y conocimos a su papá, Don Zinho, caficultor de 94 años que aún con su edad visita la finca 3 veces a la semana, y a su esposa Débora e hijas Julia y María, también involucradas en la actividad de café.
Un espacio de arte y café.
Era un domingo y me fui a visitar la cafetería Isso e Café. Cuando llegué a la Avenida Paulista en busca de la cafetería, me tomó por sorpresa que la avenida estaba cerrada para los carros. Habían personas de todas las edades disfrutando del suceso en bicicleta, patines, corriendo o caminando.
Después de haber caminado un rato, encontré adentro de un espacio urbano icónico llamado “Mirante 9 de Julho” a Isso e Café.
En la cafetería me esperaba uno de los administradores, Felipe Croce, hijo de los dueños de la FAF (Hacienda Ambiental Fortaleza), cuarta generación de la familia Barreto.
La FAF es conocida por su excelencia en el café desde 1850, fecha de fundación. En 2001 comenzó a adoptar prácticas de agricultura orgánica y los principios de sostenibilidad dirigidos a la producción de café de alta calidad.
Esta cafetería produce directamente una parte de los granos usados en el ‘blend’ de la casa (Algo totalmente “finca-a- taza”), y Croce comentó que uno de sus objetivos es promover un intercambio internacional de cafés y baristas, que le permita a los brasileños probar café de otros países y estilos internacionales de tostado. Es una idea que estaba iniciando con una tostadora de café en París, “Coutume”.
El lugar donde está la cafetería tiene mucho ambiente, hay una cocina con chefs que cambian cada mes, una galería de arte, eventos de música en vivo, películas ‘outdoors’ y una linda vista a la ciudad.
Terminé encantada con el lugar y antes de irme compre 5 bolsas de café, pues me gustó mucho la calidad y la presentación de sus coloridos empaques.
En el 2002, Isabela Raposeiras fue la primera mujer coronada como Campeona Nacional de Barismo en Brasil. Su cafetería aparece en todas las listas de rankings de Brasil (ocupa el primer lugar en Foursquare) y es famosa por su menú. Ofrecen varios “rituales de café”, que cambian una variable para preparar café. Por ejemplo, presentan el mismo café en dos formas diferentes de preparación (aeropress y prensa francesa) y/o presentan dos cafés diferentes en la misma forma de preparación; el “Ritual 11” presenta diferentes formas de filtrar el café: el filtro japonés (Hario) dura más que otros filtros y así el café tiene un sabor más intenso. Para el Ritual 13, de “Micro-lotes Brasileños exóticos”, sirven el café en copas de vino.
Se encuentra en una acogedora vecindad y local llamada Vila Madalena (Pinheiros), tiene árboles con una presencia artística/bohemia. La cafetería y tostadora está en una antigua casa de dos pisos y existen dos ambientes: dentro y fuera de la casa.
Isabela estuvo un tiempo en Noruega aprendiendo sobre las técnicas de tostado para poder ofrecer cafés especiales. En la parte trasera de su cafetería está su tostadora marca Diedrich – una de las mejores del mundo. Producen 2000 libras de café tostado por mes con un enfoque en micro-lotes de características singulares. Su selección se basa en aspectos de sostenibilidad, sociales y trazables.
Sus baristas y el menú son especiales. Su personal está entrenado para explicarle a los clientes sobre la preparación y los tipos de café. Su vestuario es muy particular, usan batas (como de mecánico) y trabajan con mucha precisión. El menú de comidas tiene un toque innegablemente brasileño, como el Café “pingado”, una forma tradicional brasileña con café filtrado y un poco de leche y otras preparaciones como el aeropress, filtrado o la prensa francesa. Tienen una amplia selección de postres y panadería de alta calidad, por ejemplo: Café Tapioca, Café Brigadero Brasileño (con leche condensada, chocolate y mantequilla) o el postre de brioche con diferentes condimentos.
Su dueño es Jefferson Adorno, un ingeniero electrónico que hace 17 años dejó la carrera para ser un exitoso productor de café en Brasil.
En 2005 comenzó con su sueño de tener una finca modelo, y en el 2009 ya estaba cosechando frutos: recibió el premio como “El cafetalero destacado en Brasil”, concedido por el CECAFÉ, gracias a las acciones sociales y ambientales, prácticas agroecológicas y liderazgo comunitario realizado en la Hacienda Retiro Santo Antônio.
Llegamos temprano para hacer un recorrido a la finca, ubicada a los pies de la Serra da Mantiqueira, Município de Santo Antônio do Jardim, donde Jefferson nos mostró la producción de café sostenible, miel, maíz y la cría de vacas de leche. Todo se realiza bajo un manejo orientado en la preservación y menor impacto ambiental; en la protección de la fauna silvestre y de los recursos hídricos, bienestar de las comunidades internas (funcionarios y sus familias) y externas (vecinos y ciudadanos del municipio).
Desde 2009, la hacienda ha recibido y ha mantenido la certificación internacional Rainforest Alliance; en el 2013 recibe la certificación UTZ enfocada en la trazabilidad y seguridad alimentaria, y durante el 2014 logra la certificación BSCA, la cual garantiza que los lotes son aprobados y atienden la calidad de bebida de cafés gourmets en un modelo de sostenibilidad en un país que es reconocido por la producción intensiva de café.
La hacienda Retiro Santo Antônio se compone de 128 hectáreas de terreno, con 33 dedicadas a café sostenible y 35 a áreas de preservación ambiental, donde se imparten clases de turismo con cursos técnicos: manejo agroecológico del café, salud y seguridad de los trabajadores, tratamiento y destino adecuado de los residuos generados por los procesos productivos y domésticos.
La visión de Jefferson va más allá de cumplir con certificaciones; un ejemplo es el café tostado con la marca Kaynã (lechuza). Este café tiene bajo impacto ambiental: su empaque es de papel certificado FCS, no tiene tintas tóxicas y en São Paulo cuenta con un sistema de entrega con bicicletas para reducir las emisiones de CO2 en transporte. Además, su empaque tiene la información en Braille para facilitar el acceso a las personas con discapacidad visual. Esta hacienda y modelo de producción es todo un ejemplo a admirar.
Se nos hizo el milagro a los ticos de pasar a octavos de final en el Mundial Brasil 2014, mientras tomaba un café para celebrar que Costa Rica ganó el partido contra Italia.
Estábamos felices y teníamos que celebrar en grande, por lo que ordené un café con limón y otro con leche condensada, acompañado de un Brigadeiro (conocido también como negrinho en Río Grande do Sul). Es un dulce típico de la gastronomía brasileña, creado en la década de 1940 y común en todo el país, al punto de que está presente en prácticamente todas las fiestas de cumpleaños.
El origen del nombre está acompañado por dos versiones: la primera que dice que el dulce fue inventado en Brasil después de la Segunda Guerra Mundial; porque era muy difícil conseguir leche fresca y azúcar para hacer recetas de dulces. Entonces, descubrieron que la mezcla de leche condensada y chocolate resultaría en un dulce muy gustoso. La segunda versión dice que el dulce fue un homenaje al Brigadier Eduardo Gomes, liberal y de buena apariencia. En las elecciones de 1945, Gomes fue candidato a la presidencia de República, y tenía un eslogan bastante característico: “Vote por el brigadier que es bonito y soltero”.
En 1938 el Café de São Braz fue una marca fuerte en representación, y en ese momento, la producción era a mano; el café era empaquetado y pesado de uno en uno. En 1980 instalaron una tostadora para poder abastecer a todo el país, y hoy en día la empresa tiene cafeterías en todo Brasil.
Ópera Café está ubicado en una de las calles más famosas de Ouro Preto. Es un lugar acogedor para comer bien y disfrutar de buena taza de café. El café que ellos usan proviene de la Academia Do Café, ubicada en Belo Horizonte. En su interior, los pisos de mosaicos y las lámparas de cobre colaboran al ambiente acogedor. El personal nos atendió muy amablemente. El café es parte de Albergue Opera Solar, un edificio del siglo XIX conservado y restaurado, que mantiene la hospitalidad de las familias mineras.
La mejor coxinha de frango que me he comido en Brasil, cargando energías antes del partido de Costa Rica – Inglaterra.
Es la cafetería tradicional más antigua de la ciudad, fundada en 1939. Café Nice es decorado por imágenes de figuras políticas en sus paredes, prácticamente una exposición artística de la historia de Belo Horizonte. Es un lugar frecuentado por políticos, abogados, jubilados, profesionales y público en general.
Se encuentra en el centro de la ciudad, justo en la esquina de Alfonso Pena con Amazon, cerca de la famosa Plaza 7.
Si usted está buscando un lugar para aprender y tomar un buen café, en Academia Do Brasil saben lo que hacen y se preocupan por ofrecer calidad en su producto. Ese conocimiento es transmitido por los baristas, el tostador y su dueño, Don Bruno, profesionales serios y apasionados por su trabajo.
Don Bruno Souza es de la cuarta generación de una familia productora de café y es importador de café de especialidad brasileño. El viaje de Bruno a los Estados Unidos en 2002 le abrió los ojos en cuanto a la recuperación de la imagen del café brasileño en el exterior. Por ello, abrió en abril de 2011 la Academia Do Brasil, que hoy en día es todo un laboratorio de última tecnología para evaluar y satisfacer las demandas reales del mercado de cafés especiales, combinados con un centro de formación de catadores, baristas y clasificadores de café.